1) Hitler tenía ascendencia judía.
Es uno de los mitos con más morbo, pues implica, entre otras cosas, que el mayor genocidio judío de la historia fue ordenado por un judío. Sin embargo, como ya se ha tratado en , no existe prueba alguna que sustente dicho supuesto. No obstante, como consuelo para quienes gustan del morbo, está el hecho de que el Führer Adolf Hitler nunca podría, de tener que hacerlo, probar su “aceptabilidad racial” con la “prueba ancestral” (Abstammungsnachweis) o la “prueba aria” (Ariernachweis), que sí regía para el resto de súbditos nazis, una gran parte de los cuales debió someterse a la misma. Y no podría hacerlo (aun cuando teóricamente estaba obligado a ello) por la sencilla razón de que se desconocía (y se desconoce) quién era su abuelo paterno, de tal forma que esa rama de su familia no podía ser investigada con propósitos de probar la “aceptabilidad racial” de Adolf Hitler; o lo que es lo mismo, Hitler no podía probar, como debían hacerlo todos los altos líderes del NSDAP, la carencia de una ascendencia “no-aria” en todos sus antepasados directos hasta la fecha de 1 de enero de 1800.
2) Hitler era un pintor de brocha gorda.
Aquí tenemos, cuando menos, una opinión discutible, y sin posibilidad de resolución si aceptamos el dicho de que “Sobre gustos no hay nada escrito” o el más refinado “De gustibus non est disputandum”. En consecuencia, siguen dos acuarelas de Hitler, a modo de ejemplo, sobre la calidad de las cuales habrá opiniones de todos los gustos.
Fuente de las mismas: Ada Petrova y Peter Watson, The Death of Hitler (New York & London: W. W. Norton & Company, 1995).
3) Hitler era vegetariano.
Nuevamente una opinión cuestionable. Al menos, Rynn Berry ha presentado ciertas pruebas que contradicen la contundencia de tal aserto. Según este autor, Hitler fue un consumidor regular, durante la mayor parte de su vida, de albóndigas de hígado, salchichas bávaras, jamón, pichones rellenos y caviar. Si esto es así, y parece que sí, tendríamos que aceptar como otro mito más lo de que Hitler fue un vegetariano. Véase Berry, Hitler: Neither Vegetarian Nor Animal Lover (New York: Pythagorrean Publishers, 2004).
4) Hitler padecía sífilis.
Hayden explica que Adolf Hirler pudo haber contraído la enfermedad en su juventud, trasmitida por una prostituta. Aunque existen diversas opiniones relativas sobre si los problemas de salud del dictador se debían a la sífilis o a otra patología. Lo que parece bastante claro, es que Hitler tenía cierta fijación por esta enfermedad venérea a la que consideraba un mal judío.
5) Hitler carecía de un testículo.
Otra vez estamos ante una afirmación gratuita e infundada, pues ningún examen médico de Hitler, realizado durante su vida, ni ningún médico que lo realizara expresaron jamás tal circunstancia. Lo único interesante que produjo este mito fue alguna agudeza del ingenio como esa canción británica que reza en una de sus versiones:
Hitler has only got one ball
The other is in the Albert Hall
His mother,
The dirty bugger,
Cut it off when he was small
Hitler has only got one ball
Hess has got no balls at all
Himmler had something similar
But poor old Goebbals
Had no balls at all*
Fuente:
Salu2
Es uno de los mitos con más morbo, pues implica, entre otras cosas, que el mayor genocidio judío de la historia fue ordenado por un judío. Sin embargo, como ya se ha tratado en , no existe prueba alguna que sustente dicho supuesto. No obstante, como consuelo para quienes gustan del morbo, está el hecho de que el Führer Adolf Hitler nunca podría, de tener que hacerlo, probar su “aceptabilidad racial” con la “prueba ancestral” (Abstammungsnachweis) o la “prueba aria” (Ariernachweis), que sí regía para el resto de súbditos nazis, una gran parte de los cuales debió someterse a la misma. Y no podría hacerlo (aun cuando teóricamente estaba obligado a ello) por la sencilla razón de que se desconocía (y se desconoce) quién era su abuelo paterno, de tal forma que esa rama de su familia no podía ser investigada con propósitos de probar la “aceptabilidad racial” de Adolf Hitler; o lo que es lo mismo, Hitler no podía probar, como debían hacerlo todos los altos líderes del NSDAP, la carencia de una ascendencia “no-aria” en todos sus antepasados directos hasta la fecha de 1 de enero de 1800.
2) Hitler era un pintor de brocha gorda.
Aquí tenemos, cuando menos, una opinión discutible, y sin posibilidad de resolución si aceptamos el dicho de que “Sobre gustos no hay nada escrito” o el más refinado “De gustibus non est disputandum”. En consecuencia, siguen dos acuarelas de Hitler, a modo de ejemplo, sobre la calidad de las cuales habrá opiniones de todos los gustos.
Fuente de las mismas: Ada Petrova y Peter Watson, The Death of Hitler (New York & London: W. W. Norton & Company, 1995).
3) Hitler era vegetariano.
Nuevamente una opinión cuestionable. Al menos, Rynn Berry ha presentado ciertas pruebas que contradicen la contundencia de tal aserto. Según este autor, Hitler fue un consumidor regular, durante la mayor parte de su vida, de albóndigas de hígado, salchichas bávaras, jamón, pichones rellenos y caviar. Si esto es así, y parece que sí, tendríamos que aceptar como otro mito más lo de que Hitler fue un vegetariano. Véase Berry, Hitler: Neither Vegetarian Nor Animal Lover (New York: Pythagorrean Publishers, 2004).
4) Hitler padecía sífilis.
Hayden explica que Adolf Hirler pudo haber contraído la enfermedad en su juventud, trasmitida por una prostituta. Aunque existen diversas opiniones relativas sobre si los problemas de salud del dictador se debían a la sífilis o a otra patología. Lo que parece bastante claro, es que Hitler tenía cierta fijación por esta enfermedad venérea a la que consideraba un mal judío.
5) Hitler carecía de un testículo.
Otra vez estamos ante una afirmación gratuita e infundada, pues ningún examen médico de Hitler, realizado durante su vida, ni ningún médico que lo realizara expresaron jamás tal circunstancia. Lo único interesante que produjo este mito fue alguna agudeza del ingenio como esa canción británica que reza en una de sus versiones:
Hitler has only got one ball
The other is in the Albert Hall
His mother,
The dirty bugger,
Cut it off when he was small
Hitler has only got one ball
Hess has got no balls at all
Himmler had something similar
But poor old Goebbals
Had no balls at all*
Fuente:
- Spoiler:
- http://www.forosegundaguerra.com/viewtopic.php?f=19&t=15340
Salu2